Galicia es diferente. Galicia es particular. Los pueblos de Galicia, sus gentes asi­ como su horizonte son especificas. De esa parte del camino suvenir lo mas representativo, aquello que uno identifica enseguida con la desarrollo gallega los horreos; las casas, las travesi­as asi­ como las calzadas de roca; algunas lugarenas, vestidas completamente sobre negro con un moquero en la inteligencia; los perros mayusculos, presentes en todos los pueblos; las voces y las conversaciones con esa musica tan dulce que deben los gallegos al hablar. Sin embargo, estando igual que es especial todo lo que acabo de abordar, lo que deseo resaltar es otra cosa.

Alguna cosa que https://besthookupwebsites.net/es/sitios-de-citas-para-mascotas/ me llamo poderosamente la atencion, en practicamente todo el mundo los pueblos sobre la Galicia rural por los que pase, fue el olor. Seri­a un hedor dificil de demostrar. Nunca es desagradable en abuso; seri­a soportable desplazandolo hacia el pelo podria hablar de que deja, inclusive, un punto ci?modo o aunque sea familiar, cuando lo mas fuerte del aroma bien se esta apagando. El nucleo del hedor es riguroso, casi agresivo, centralizado y no ha transpirado penetrante asi­ como, de alguien ignorante, ha de ser laborioso sobre aguantar en su mismo circulo, alla a donde es mas influyente; donde se convierte en la esencia pura. Es un hedor bastante intenso a fermentos que recuerda a las manzanas podridas y al estiercol fresco mezclado con la paja limpia. Es una amalgama densa asi­ como punzante que se expande por el aire con notas verdosas y amarillentas.

La primera ocasion que lo oli fue al acercarme a un aldea del interior, de el que nunca consigne el apelativo. Suvenir que busque la fuente que lo producia por motivo de que me traia recuerdos sobre mi infancia. El hedor me impresiono tanto que me hizo retroceder a recuerdos bastante antiguos que, aunque ni siquiera sabia que tenia, pude aceptar de forma rapida. Mis cinco, 6 o 7 anos en un pais de La Rioja, Medrano , donde vivian mis tios y no ha transpirado mis primas y no ha transpirado una hacienda, a la que me llevaban de oportunidad en cuando, en la cual habia vacas y no ha transpirado otros animales. El olor me llevo inclusive aquella hacienda asi­ como hacia mi infancia. El olor me llevo al recuerdo de aquel momento tan alejado desplazandolo hacia el pelo tan perdido.

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