Fue en la tercera cita con un tímido licenciado de filosofía estadounidense llamado Willem cuando entendí por primera oportunidad cuánto deterioro puede efectuar la pornografía Con El Fin De el sexo. Era un empollón dócil desplazándolo hacia el pelo entrañable en nuestras citas, y cuando nos acostamos se lanzó a la sucesión de movimientos desprovisto alegría que claramente no le venían de forma natural y no ha transpirado que yo no quería ni solicitaba.

Igual que todo una diferente ser: había leído estadísticas y no ha transpirado editoriales sobre una procreación sobre hombres que crecían a la sombra de esta autoridad preocupante: No obstante De ningún modo les había prestado demasiada amabilidad. Esto fue: en pieza, porque me agrada el prototipo sobre cosas que molestan a los columnistas de periódicos inquietos: continuamente he tendido a la sumisión, desde que comencé a tener relaciones sexuales: demasiado primero sobre que el porno afuera de tan fácil acceso para adolescentes igual que serí­a Actualmente. Me resultó complicado preocuparme por todos estos varones que aprendían a dominar a las chicas: continuamente y no ha transpirado cuando fueran consensuales, porque eso era exactamente lo que quería que me estuvieran haciendo.

Adelanté una década: sin embargo, desde los días en que comencé a inspeccionar el sexo Incluso que conocí a Willem: el idiota sobre el modo de pensar: desde por lo tanto me había mudado a Londres desde Irlanda, tenía 26 y no ha transpirado comencé a tener citas con tíos que conocía en la app OK Cupid. El sexo era distinta acá que lo que era en Irlanda: algo a lo que casi nada me estaba acostumbrando. Lo cual mobifriends no serí­a por alguna justificación postcolonial atractiva desplazándolo hacia el pelo compleja: sino más bien por motivo de que casi toda mi mocedad la pasé con enamorado. Desplazándolo hacia el pelo cuando estaba soltera, todo el tiempo dormía con amigos. Nunca había igual cosa como “citas” de mí en ese segundo. O tenía la trato o me tiraba en cama borracha después sobre la fiesta: eso fue cualquier. Los usuarios con las que tenía relaciones sexuales eran conocidas íntima o tangencialmente, desplazándolo hacia el pelo todas tenían chicos rasgos y hábitos que recordaría más adelante. El método en que este se muerde el boca, el modo en que individuo se ríe cuando está más excitado.

Cuando me mudé a Londres, me rompieron el corazón y no ha transpirado me sentí verdaderamente soltera por primera oportunidad en mi vida adulta. No tenía un conjunto social desplazándolo hacia el pelo, por tanto, nunca había modo de encontrar parejas sexuales en ningún contexto. Entonces empecé a tener varias citas a la semana: y sobre arrebato me encontré con comunicación a una enorme muestra representativa sobre tipos de varones totalmente dispares. Lo que comencé a ver: luego de dos años mismamente, fue la erradicación de el salvajismo que me hizo amar el sexo en primer punto. Debido a salvaje nunca me refiero a la talento o anhelo de acontecer especialmente rizado o creativo en la cama, sino más bien al carácter salvaje de ser sencilla desplazándolo hacia el pelo humildemente persona: ser animal e instintivo.

En Londres, los miembros masculinos que nunca tenían nada en usual entre sí, hombres sobre distintas grupos demográficos y generaciones: repetían las mismas frases: el mismo gesto aprendido de “Ooh-seh-te-gusta”. Un prototipo sobre dominación burlona desplazándolo hacia el pelo un tanto ridícula. Después sobre un lapso, las gestos y no ha transpirado las frases se repitieron con tanta frecuencia que me resultaba trabajoso no reírme. De mí: el dominio y la sumisión siempre se han tratado de la postura: no sobre una listado de acciones que se deben marcar. Nunca me importaría si no me volviesen a rozar a un grado corporal, invariablemente y no ha transpirado cuando el sentimiento entre nosotros fuese considerado. Sin embargo todos estos hombres parecían encontrarse aprendido sobre la misma hoja sobre indicaciones aburrida y no ha transpirado acristalada. Esto fue enfatizado por el hecho de que yo igualmente estaba: por entonces, acostándome con mujeres: que tienden a ser intrínsecamente más creativas y no ha transpirado juguetonas en la cama. Todavía encontraba hombres atractivos y no ha transpirado sexys: No obstante el sexo se volvía tan repetitivo que simplemente me daba holgazanería.

Tenemos tantas cosas en la vida Hoy que se encuentran desconectadas de nuestra humanidad importante, tanto que se desnaturaliza por el compraventa desplazándolo hacia el pelo la ciencia, cosas tan básicas igual que la repetición con la que el cuerpo puede moverse, lo que le damos de comer. No me agrada meditar que el sexo sea sobre esa manera: una cosa que está estandarizado por factores externos. Me entristece pensar que el pretensión esté codificado tan a extremo: ya sea en categorías de Pornhub o en dudas desplazándolo hacia el pelo respuestas de OK Cupid.

Me di cuenta de lo cual en la cama con Willem, cuando fue a agarrarme el cabello desplazándolo hacia el pelo posteriormente vaciló, pausó su conducta extraña desplazándolo hacia el pelo escaso contundente sobre un macho alfa en venganza.

“Te fascina eso verdad?”, Preguntó.

“Uh: a veces. Realmente: no: no Actualmente similar” -contesté, sintiéndome un poquito aciago por él.

“Pero en tu perfil pone que te gusta”: respondió.

Y no ha transpirado seguidamente me di cuenta de que había estudiado la totalidad de esas dudas acerca de mí que contesté en la app entretanto estaba aburrida en el empleo desplazándolo hacia el pelo había intentado gustar todas y no ha transpirado cada una de estas cosas que pudo leer ahí. Entonces comprendí que el sexo se ha vuelto tan prescriptivo y transaccional como todo lo demás en esta vida.

Crecí sintiendo que lo que era tan deslumbrante en el sexo era su singularidad fundamental. Había un hondo secreto en eso. Solía advertir tristeza cuando tenía tenía polvos sobre una noche porque no podría alcanzar a descubrir por total a esas seres. Aunque eso serí­a además lo que lo realiza tan maravilloso, conocer tanto la pieza sobre una cristiano que por otro lado nunca conoces en total. Serí­a por eso que el sexo es más que placentero Con El Fin De mí: más que un impulso. Es trascendente. Su carácter salvaje serí­a trascendente.